2007-12-12

Tan real como la vida

Foto: N.Moraes, "Paloma viajando en ferry", Hudson River, NY, 2005.
Miro a través de la luna del coche, vengo cansado, después de todo un día de trámites, vuelta a leer libros leídos y no entendidos o comprendidos a medias. La cabeza hierve regresando a momentos próximos y lejanos y un sentimiento de nostalgia por encuentros con seres humanos que ya se han ido, escenarios que quizás no vuelva a transitar, donde estuvimos juntos. Miro a mi alrededor y siento que esta ciudad se está cayendo poco a poco, que se sumerge o está siendo barrida por algo rabioso y ácido que ennegrece por dentro. Entre lo real y la marea de ficción que consumimos cada día hay una película invisible que opaca sin embargo el espíritu de quien te cruzas en la calle, que aísla a la gente en cápsulas cada vez más pequeñas, que impide el contacto real o virtual. Y todo se vuelve miedo. Miedo e ignorancia del otro, aun cuando el otro cada vez más esté llenando los minutos de la radio, la televisión y las páginas de prensa. Miedo e ignorancia que nos vuelven diminutos a todos, forzados por la neurosis a buscar la manera políticamente correcta de naufragar. Todo es un poco más feo en un parking plagado de cables, vigas, verjas y carteles publicitarios.

Pero tras la puerta de cristales y hierro del edificio de la facultad vuelve a aparecer ella. Caminando como un patito. Con el brillo cansado en sus ojos de todo un día de trabajo y embarazo de ocho meses. Llevando consigo todo lo que me importa, haciéndose más real que lo real, tan real como la vida.

2 comentarios:

Bobby dijo...

Cuando nos pasan estas cosas... lo demás no importa y se puede ir a "freir monas". Me alegro por vosotros Jesús. Abrazos

Anónimo dijo...

Feliz de ti, feliz de ella, felíz de Sofi, porque la toma de conciencia y el disfrute de ese presente es lo que realmente existe y por lo tanto vale. Vivir cada momento con conciencia es lo que más nos cuesta, ya que muy frecuentemente, se suele uno quedar enganchado en el pasado que "ya fue", o vivimos proyectados demasiado en el incierto futuro que no existe. Lo único real es el ahora. Qúé regocijo cuando nos brindamos a un ahora que nos alegra el corazón, el alma!
Les quiero
Ramona

"Sin embargo yo creo que aquel niño se fue con ellos y todos juntos viven con otras personas y es a ellos a quienes los muebles recuerdan. Ahora yo soy otro, quiero recordar a aquel niño y no puedo. No sé cómo es él mirado desde mí"

Felisberto Hernández, "El caballo perdido".