2008-04-13

Mountain View CA


Uno no sabe con qué utilidad, por qué razón o con qué sentido, proliferan en internet determinados programas gratuitos con que los blogueros aficionados entretenemos nuestro tiempo virtual para adornar nuestros lugares virtuales. Sin prácticamente ningún conocimiento informático, el lenguaje de la programación que aprendíamos en nuestra tierna adolescencia, copy *.* etc., ha sido sustituido por hermosos entornos gráficos cada vez más realistas y por ende, cada vez menos reales (más delirantes), nos lanzamos a copiar “botones”, reproducir “javascripts” y meter programitas en el “blog”, como una especie de broma o diversión privada. El hecho de que éste tuneo sea una de las escasas cosas que suelen ser gratuitas, cuando la realidad cartesiana ha hecho negocio de todo lo imaginable, vuelve esta mecánica bloguera más placentera.

En el fondo, uno cree saberlo, esos programas existen para obtener la respuesta a todas las preguntas: el dinero. Entender cómo lo gratuito, lo que uno consigue con un simple click y acepta como un regalo, llega a suponer un negocio, es algo que me llevaría por callejones oscuros y complicados de los que ignoro casi todo y de los que poco me interesa hablar.

El último de los tuneos ha consistido en una especie de contador de visitas con un mapa que indica- a mí, analfabeto informático, me parece que por milagro- desde qué lugares del mundo acceden a estas páginas. Cada semana, a golpe de click, encuentro la visita desde Montpellier de MJ., el rastro de mi compadre Iván, desde el DF, el paseo de Bobby desde Londres, mi suegra y cuñados desde Montevideo, esporádicas visitas de madrileños amigos, algunos granadinos exiliados allí (hay unos cuantos en los que estoy pensando), desde Granada, las de mis amigos y algún alumno, quizás, también, y de Murcia, siempre se suman algunos familiares. Es el rastro de quienes no dejan rastro o el testigo de quienes lo dejan también, de vez en cuando, en forma de comentario.

Y luego están, claro está, los desconocidos, visitantes fortuitos que por azar, por error o casualidad o vagabundeando de un blog a otro han llegado a estas costas. Sorprendentemente, desde lugares inverosímiles a donde la imaginación de uno no ha soñado llegar ni por supuesto imaginar a alguien con algún motivo para alcanzar este pedazo de blogosfera, llegan visitas silenciosas, y el programita informático que yo he cortado y pegado a este blog les roba a traición esa huella involuntaria. Estas visitas son, por eliminación, las que no logro identificar con el rostro de nadie, cuando no corresponden con la información geográfica de ninguno de mis conocidos. Por norma general este tipo de visitas no suelen repetirse. Salvo algunas, porque sé que hay un individuo silencioso, sentado a la mesa de un escritorio en penumbra del otro lado del mundo jugando con un ratón en un lugar llamado Mountain View, en California, encerrado en una habitación en donde yo jamás he estado, que regularmente visita este blog de madrugada. Sus visitas suelen darse semanalmente, aunque esto tampoco puedo asegurarlo. Algunas semanas lo he esperado, pinchando en el mapa cada cierto tiempo, tres o cuatro veces al día, según me conecto a internet. Pasando ocho días, nueve, diez, y ahí lo encuentro. Incluso en las semanas en que no actualizo el blog, él regresa. Nunca dice nada, no deja ninguna otra huella, mira, fisga, revisa o simplemente hace un click fantasmagórico y desaparece de vuelta a ese lugar de California, estado del sol y las naranjas, que no sé por qué en mi imaginación se vuelve tétrico y oscuro. Hace algún tiempo en el que tiendo sistemáticamente a pensar en él cuando conecto mi ordenador, sobre todo cuando la casa se ha quedado a oscuras y mi familia duerme. Ahí aguardo frente a la pantalla del ordenador la venida de su sombra, a menudo inútilmente. No sé qué persigue en sus visitas, quizás su vigilancia intermitente guarde relación con el modo en que este mapita se conecta con mi blog, quizás juegue un papel por determinar en el mantenimiento del sistema de recuento de visitas, quizás es necesario conectarse a estas páginas para verificar que todo funcione correctamente. Quizás no sea el mismo, quizás sean otros, varios, los habitantes de Mountain View que acceden a este blog, o quizás (y esto es aún más improbable aunque no imposible) haya varios lugares así llamados en la propia California y tal vez haya alguien que conozco detrás de uno de esos "Mountain View". Cualquiera de estas posibilidades sería más amable que la visión de un individuo de gruesas gafas de pasta, hipermétrope, sin afeitar que arrastra sus manos huesudas por el teclado de un ordenador, atravesando el mundo hasta mi casa, subiendo a toda velocidad en un impulso electromagnético las escaleras, abriendo la puerta del escritorio a mi espalda cuando acabo de teclear que una vez más en el contador de visitas de mi blog han vuelto a aparecer las sempiternas palabras “Mountain View, CA”.

9 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
N dijo...

Bueno, mi huella más visible que las que descubres con este programa, la dejo por aquí. También intento imaginar donde llega todo esto, tus palabras, las que gratuitamente ponemos en los blogs respectivos, lo que se nos escapa...
Me cuelo en un rato en tu tiempo para daros un fuerte abrazo a ti a tu familia.

Ruby dijo...

Hola, he estado leyendo tu post. Mountain View es el sitio en el que están los robots de Google que revisan el contenido de tu sitio.

Un saludo,

Jesús dijo...

Hola Ruby,

gracias por el apunte, jeje. Ni me imaginaba, pensaba que los robots no leían estas cosas.

Bienvenido, paso por tu rubendiario

saludos,

Jesús dijo...

Gracias por el mensaje N.,

un abrazo para ti también,

no sabes lo bonita que está Sofi.

Iván Islas (1976) dijo...

Hola! Agradezco los comentarios a mi blog, luego comentaré tu entrada con más clama... Por lo pronto, sólo me sorprendo de que has sido espiado por un robot! jejeje... Saludos!!!!

Alejandra dijo...

Permítame, Jesús, que me cuele en su blog y, de paso, que le felicite por lo que escribe.
He llegado aquí casualmente porque jugando con esos juguetitos que nos regalan, instalé mi mapa y también descubrí un punto inmenso de un lugar lejano desde donde, supuestamente, se me leía. Y, mirando dónde y cómo, llegué a su post. A mí también me ha leído un robot o una farola. En cualquier caso, me ha hecho gracia encontrarme con lo suyo. Eso mismo venía pensando yo ayer.
Un saludo.

sumisa dijo...

en mountain view California se hospeda la famosa compañia google, a mi tambien me sucede en mi blog que tengo visitas de mountain view . Sabes lo que pasa que blogger esta asociado con google, y google controla todo lo que sucede en blogger, para mi que lo que sucede no es que sea una persona que mire, sino que un ordenador de la compañia esta rastreando cada x tiempo el contenido de tu blog. Ten en cuenta que blogger es muy importante y estados unidos es un fanatico del control. Yo creo que sera eso porque tambien me sucede en mi blog. Si quieres que nadie te vea simplemente buscate un blog no asociado con google.

ChivCan dijo...

Hola Jesus! Recien encuentro tu blog. Creo igual que sumisa que es el "robot" de google quie te esta visitando(indexando). Como te iba a aparecer una visita de Canada, decidi "parar" y saludarte. Saludos a la familia.

"Sin embargo yo creo que aquel niño se fue con ellos y todos juntos viven con otras personas y es a ellos a quienes los muebles recuerdan. Ahora yo soy otro, quiero recordar a aquel niño y no puedo. No sé cómo es él mirado desde mí"

Felisberto Hernández, "El caballo perdido".