2008-02-07

No country for immigrants


El otro día me reí a gusto leyendo a Pérez Reverte. Luego me di cuenta de que es Pérez Reverte, que se ha fabricado una marca, se sienta en la Real Academia, que ha firmado contratos por derechos cinematográficos de varios miles de euros, que tengo seis libros suyos en mi biblioteca, y que cuando uno busca su página semanal en prensa, encuentra habitualmente su dosis de tacos y su mala leche rociados de ironía, con lo cual no sorprende tanto leerle en ese tono, porque es ya una costumbre y como todo lo que es costumbre es más tolerable. Pérez Reverte es un tipo bien posicionado, respetado (y envidiado, sobre todo en el gremio de los escribientes), al lado del cual todos quieren hacerse la foto, y que puede permitirse, sin que le muevan un pelo de la perilla, dar su merecido a tanto imbécil como semanalmente hace. Pero hay que recordar que Pérez Reverte, como muchos escritores, es periodista, periodista de verdad, periodista que muchos recordamos en imagen delante de una pared ruinosa agujereada por las balas en Bosnia, no es- creo yo- un académico de los rancios ni un apocalíptico de los nuevos tiempos. Nunca fue un asalariado de ningún partido, un lameculos, hablando en plata. Ahora escribe cosas como las que he posteado más abajo. Yo no sé si en todo lo que ha dicho puede llevar razón, indudablemente no. Indudablemente lo que hace más bien es desahogarse de la vergüenza ajena de oír determinados discursos ramplones, simplificadores, conscientemente manipuladores para producir en tiempos de videopolítica un efecto en las masas, o sea tú, yo, todos los que estamos por estas latitudes. Esto va bien, esto va mal, estos son así, los otros asao. Los buenos son los míos, lo que los míos hacen está estupendamente. Gracias a que la Historia al hacer rodar su engranaje nos ha colocado aquí, nuestro es el mérito, de los otros el fracaso. Pongan el color que quieran en los míos y los otros. Si me emocioné no fue por las ideas sobre educación de Pérez Reverte, no las encontré en el artículo, sino por lo catártico de leer tan bien dicho lo que más de uno ha pensado, habida cuenta de lo que escuchamos a diario por boca de políticos ramplones, zafios, planos, y con frecuencia, mentirosos con que nos desayunamos por radio y televisión yendo a trabajar, o debemos aguantar, incluso en domingo, pues la noticia es incomprensiblemente el domingo lo que el sujeto de turno ha dicho en no se qué celebración del partido X en La Rioja. No hay más Sudán, ni Chad, ni América Latina, nadie se acuerda de Irak y China es un agujero negro informativo.

Tengo varios post pendientes, pero no encuentro la serenidad de ánimo para que este blog retome el vuelo y se coloree de lo que empezó siendo. Un lugar donde compartía con amigos de antes y los nuevos virtuales que alguno hay inquietudes, sensaciones, estados de ánimo y lecturas. Entre el mucho estrés del trabajo y el que con agrado me da mi hija, a punto de entrar en el paro y hasta arriba con la tesis, lo único que me apetece cuando me siento a escribir es desahogarme un poco.

Y hoy me sale llamar xenófobo y, más que eso, cínico, con bastante pena, la verdad, al ideólogo o al grupo de ideólogos que hayan decidido animarse a traducir los sentimientos racistas que hay en este país, en cada barrio, en mi ciudad, en votos, ideando esta medida demagógica del contrato de integración para inmigrantes. Cuando miro a Rajoy por televisión y oigo semejantes barbaridades, leyendo el guión que otros han escrito, siento lástima, porque no lo pensaba capaz de llegar hasta ahí, porque en el fondo sabe lo que está haciendo y por lo que lo está haciendo. Y no acaba de creérselo, pero debe ser que ésa es la única vía para poder aspirar a ser Presidente. No hay que decir amén al programa de los adversarios, pero el camino que se sigue es un poco triste y peligroso.

Esperaría que la Iglesia católica, algún obispo de segunda fila, dijera en un comunicado “no hay que votar opciones políticas que no respeten los derechos humanos, como el de garantizar que todo ser humano es igual ante la ley, haya nacido donde haya nacido”. Pero no, no lo espero. Por suerte la Iglesia es diversa, y voces hay muchas, porque a los cristianos, a muchos, les preocupa la situación de muchos inmigrantes y que se respeten sus derechos.

Mi mujer ha nacido en Uruguay, la abuelita de mi hija vive allá. He trabajado en Estados Unidos, he estado en Francia, en México, en Argentina, por razones de trabajo: en ningún lugar nadie me hizo pasar la humillación de tener que firmar ningún contrato. Nadie me hizo sospechar que pensara que yo era un maleante, un delicuente ni me obligó a someterme a un curso de costumbres españolas, o argentinas o francesas.

¡Que esta gente se meta su contrato...! Dejen señores, por favor a otros, a cualquiera, alguien que no necesite apelar a instintos bajos para ganar.

En fin. No corren buenos tiempos para la poesía.

7 comentarios:

Alfonso E. dijo...

Humm... Si mal no tengo entendido, en Estados Unidos, además de hacerte una foto y tomarte las huellas cuando entras en el país (incluso siendo turista), te hacen un cuestionario con preguntas del estilo "¿Viene usted a matar al presidente?" no sé muy bien con qué finalidad. Además, el visado se te concede por tres meses y (creo que) no es (oficialmente) prorrogable.

Respecto al contrato de Rajoy, mira aquí por ejemplo donde se hablan de cuestiones similares (¡o peores!) que se dan en otros países. Con esto no trato de justificar ni de juzgar nada, es el argumento de "mal de muchos, consuelo de tontos". Como ni me he leído la propuesta concreta del PP, ni tengo más opinión que la que llega de fuera, prefiero no opinar, pero no creo que sea tan "para llevarse las manos a la cabeza". Efectivamente, este tipo de medidas (si se lleva finalmente a cabo), hace que paguen muchos "justos por pecadores", pero también es cierto que hay algunos colectivos inmigrantes muy localizados que "no hacen" por integrarse, y que tienen algunas formas de ganarse la vida "al margen de la ley". Ojo, no quiero generalizar, pero creo que esos casos existen.

En fin, que supongo que la visceralidad viene un poco por el estrés, un poco por no ser tu opción política. Aún así, eres libre de criticarla. Gracias a Dios seguimos teniendo libertad de expresión :).

Un abrazo.

N dijo...

He discutido esta noche el concepto de "costumbres españolas" de las que habla Rajoy. Así que gracias por hacer un hueco para poder compartir. Tu blog sigue logrando la finalidad. Ahora mismo Buenafuente lo está hablando, con más gracias yo, la verdad.
Me da vergüenza muchas cosas que están pasando. Creo que me echarían: ni tengo contrato, ni sigo costumbres españolas, ni me creo nada de lo que me cuentan... tengo los días contados.

Jesús dijo...

Querido Alfonso,

Me releo y no me llevo las manos a la cabeza, por lo menos no más que Pérez Reverte. La finalidad de las preguntas en USA es para, en caso de que sí vayas a matar al presidente, poder meterte en chirona por perjurio además de por intento de homicidio. Aquí, a los no residentes en la UE, se les pasa un cuestionario, lo hacen todos los países, si bien no con preguntas tan chorras, y para venir, aunque sea de turista se te pide un visado desde muchos países. Se ve que no es suficiente con eso.

La pregunta es: un alemán, nieto de emigrantes españoles que regresa, ¿tiene que firmar un contrato y aprender las costumbres españolas? ¿Un argentino? EStá claro que se dice por los "moros" y los negros esos que van cortando el clítoris por ahí, o los dominicanos peligrosos que son casi latin kings o esa es la imagen que vende en determinada prensa. Rajoy me ha parecido siempre un tipo tranquilo, y razonable, pero la imagen que están ahora agitando desde el partido popular en la que a lo mejor ni ellos mismos se creen, se está haciendo porque piensan sus analistas que así se ganan unas elecciones.

He leído lo de Arias Cañete, la verdad y esas declaraciones sí son de juzgado de guardia, que se vaya a cualquier país latinoamericano y vea el servicio que dan los camareros allá, a ver si se puede comparar.

Sabes, amigo Alfonso, que mi ideología no se vincula a ningún partido. Pero pienso que cambiar de país de residencia es un derecho inalienable del hombre, llámame liberal, si el capital es libre el hombre, ¿por qué no? ¿De quién es el mundo? ¿Qué es lo que dice el Evangelio a este respecto? Lo sabemos ambos, pero... ¡ay!

Alfonso E. dijo...

Hola de nuevo, Jesús :D.

Lo de Arias Cañete (lo acabo de leer) es increíble (increíble en el sentido de que "no me lo creería si me lo dijeran"), pero desgraciadamente es así. En todo partido hay gilipollas, y está claro que este señor acaba de enseñar su acreditación del club.

Respecto a tu pregunta, la respuesta es claramente "no, pero". Y el problema es el "pero". El caso latinoamericano es distinto, y así lo reflejan las leyes españolas -creo que exigen 2 años de trabajo para la nacionalidad en caso de latinoamericano y 10 en caso de otro extranjero-. A mí particularmente me parece demasiado tiempo en ambos casos (y de hecho conozco un caso injusto de un señor que no puede regularizar su situación aquí debido a haber trabajado engañado con "contratos basura" que no computaban), pero ya las leyes hacen esta distinción.

Efectivamente, lo que quería decir (y espero que no se me malinterprete) es que sin ánimo de decir que hay colectivos inmigrantes de "primera" o de "segunda", sí que es verdad que hay colectivos con más dificultades para integrarse. Afortunadamente compartimos con los latinoamericanos la misma lengua y la misma cultura, y eso hace que para ellos, como para nosotros, la cuestión de la integración sea superflua, porque básicamente no hay nada que integrar (misma lengua, misma cultura, ...).

Sin embargo, hay otros colectivos (y ahí es por donde iba yo) que ni hablan una lengua parecida, ni tienen una cultura cercana. La verdad es que yo no tiraba por el tema de ablaciones y demases sino por la (masiva) inmigración oriental. Yendo a un ejemplo concreto: ¿cuántos "informesemanales" hemos visto de artesanos que se empobrecen porque el producto que viene de China, hecho por manos cuasiesclavas que no paga los mismos impuestos que ellos y que se venden en algunos locales con horas y días de apertura que salen de lo establecido por la ley? Pues bien, yo muchas veces pienso que estas cosas pasan en parte también por desconocimiento del propio inmigrante: exportan a nuestro país costumbres, formas de trabajar, e incluso leyes (tal vez el horario de apertura no esté tan regulado en esos países).

¿Es la solución a este desconocimiento o forma de actuar diferente de nuestra cultura el "contrato" (junto con un compromiso por parte del estado de proporcionar __medios__ para evitar estos hechos? Podría ser, no sé. El hecho es que el problema de inmigrantes que no se integran existe en mayor o menor medida, y el trabajo para que caigan más dentro de la sociedad se lo suele tragar normalmente una ONGD o la Iglesia (véase el "Proyecto mirlo" de Cáritas Granada, p.ej.), en vez del Gobierno, que es quien debería asumirlo. Dejando a un lado las formas, y las declaraciones paralelas propias de hace cinco siglos, si el citado "contrato" supone un compromiso por parte del estado en materia de ayuda a la búsqueda de empleo o enseñanza del castellano sin ningún coste, a mí me parece bien. Y si tiene que aplicarse a unos sí, y a otros no, tal y como se hace a día de hoy con la ley para obtener la nacionalidad, pues me parecería mejor. Obviamente, que Rajoy venda esto poco más o menos como "tutorial de aprendizaje de costumbres españolas por Planeta Agostini y-si-no-te-echamos" me parece un insulto al inmigrante en general, y al latinoamericano en particular (no sólo por compartir nuestra lengua y cultura, sino por enriquecer ambas). Pero claro, si una cosa le falta a Rajoy (además de un afeitado :P) es, primero a expresar claramente las cosas, y segundo a definir una línea clara y no a intentar contentar "todas las posturas del electorado de derechas español" (desde el indeciso votante de gallardón lector del país, hasta el falangista que les vota por aquello del "voto útil"). Es lo que le pasa al que no arriega, que no gana (y no va a ganar).

Por último, y sobre mi comentario de antes, sé de buena tinta que tu ideología no se vincula a ningún partido (afortunadamente :D), incluso has tenido el valor de denunciar la actitud de todos (hoy Rajoy, el otro día Torres Vela). No todo el mundo sabe ver la viga y la paja en todos los ojos. De todas formas no me negarás que definirse más a la izquierda le predispone a uno a estar a priori más en contra del PP (y viceversa) ;). A mí me pasa un poco... Al revés :P.

Un abrazo y, como siempre, un placer de hablar contigo (y de leerte) por aquí :).

Jesús dijo...

Querido Alfonso,

este tema daría para hablar largo y tendido, con gusto lo podemos hacer en mi casa el día que quieras. Dos apuntes más, ¿qué es una cultura parecida? Los rumanos nos entenderían, bastante mejor que los alemanes, ¿qué pasa con los noruegos, ¿la lengua se parece, la cultura? ¿Los marroquíes no tienen una cultura parecida a la nuestra? ¿Cuántos marroquíes hablan castellano sin haber venido a España? ¿Cuántos estudian farmacia o filología en Granada? Los del Sáhara, ¿tienen la misma lengua? Un argentino de padres polacos de Buenos Aires y un indígena chiquitano de la provincia de Santa Cruz, ¿tienen la misma cultura? ¿Son los dos considerados igualmente o habría que hacer distinciones? ¿Son latinoamericanos los dos o uno más y otro menos? ¿Qué significa latinoamericano según Rajoy y los ideólogos del partido? Un letón o un rumano, ¿quién tiene una lengua y una cultura más parecida a la nuestra?

Y segundo, ¿Dónde se fabrican los juguetes, las zapatillas, las piezas del ordenador, de los móviles de telefónica, los vaqueros, etc, que usamos acá de marcas españolas? ¿De veras piensas que un inmigrante chino que se deja explotar tiene algún tipo de responsabilidad en las horas que se ve obligado a trabajar o en el salario que percibe? ¿Y no hay policía desmantelando redes de explotación laboral en España?

Termino, Alfonso, desde mi opinión ada tiene que ver nada de esto con la cultura (qué es cultura, a eso se dedican libros enteros, y una disciplina, la antropología, sin que se pueda poner nadie de acuerdo), mucho menos con la lengua. Al Estado le interesa tener mano de obra barata que esté mientras sea productiva, que trabaje por sueldos basura y se vaya si no es explotable. Se traen trabajadores polacos y se los devuelve a Polonia como en USA se traen mexicanos y guatemaltecos y se los devuelve a sus países porque es lo más barato, lo funcional al sistema. En Huelva se dice que no se contrata a senegaleses o marroquíes porque "las manos de las polacas con dedos más finos y delicados son mejores que las de los otros para la fresa". Y yo me digo, ¿qué? ¿Es que hay manos según el país de procedencia´? La raza aria de los recolectores de fresas. Es increíble en un país que en los 60, según dice un estudio que te puedo facilitar, el 50% de los españoles que estaban en Europa trabajando lo hacían de manera irregular.

Para alucinar.

Abrazo y gracias por tu opinión. Para mí también es un placer.

Los esclavos del nuevo imperialismo.

Anónimo dijo...

Jesús, me encanta leerte. Y releerte.

Un abrazo.

Jesús dijo...

No, un abrazo a ti,

qué bueno que sigas en la brecha. Fotografiando cosas y siendo inspiración de los que andamos por acá.

Jesús.

"Sin embargo yo creo que aquel niño se fue con ellos y todos juntos viven con otras personas y es a ellos a quienes los muebles recuerdan. Ahora yo soy otro, quiero recordar a aquel niño y no puedo. No sé cómo es él mirado desde mí"

Felisberto Hernández, "El caballo perdido".