Evoco aquí un poema de mi maestro, amigo y compañero Vicente Sabido. Amigo de mis padres, querido. Ha muerto anteayer en la hermosa ciudad de Granada. Descanse en paz.
A Aurora Juárez Blanquer.
contigo, donde vayas,
da igual: ella los sabe
desde la eternidad. Sigue mojando
su pelo adolescente.
Sigue cantando
perpetuamente joven la balada
de aquel mohín travieso
de sus catorce años.
Sigue cantando, sigue
sobre las lomas verdes, sobre el mar,
sobre los cementerios de chatarra,
los niños, las violetas, las muchachas,
sobre los corazones solitarios.
Vicente Sabido, Aunque es de noche, Sevilla, Renacimiento, 1994.
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